Lo mismo que hay gente que desaparece hay otros que aparecen de la nada.Es el caso del cadáver de Butxaca o Boixaca en Galicia. El caso me recuerda enormemente al de Rudolf Fenz.
El 5de Mayo de 1988 el tren de Butxaca hacía su recorrido nocturno habitual, cuando de pronto el maquinista ve a un niño en medio de las vías con los brazos en cruz mirando hacia el frente, en sentido contrario a la máquina del tren. Al maquinista no le da tiempo de parar y lo arrolla. El joven tenía un aspecto extraño, con las orejas planas y los dientes afilados.Tendría unos 16/18 años, algunos apuntan los 20.
Al parecer la ropa que llevaba era de marca y le quedaba grande, algunos dicen que llevaba monedas de los años 40.En éste último punto, no hay unanimidad, otros dicen que la ropa era antigua y no precisamente de marca.
Nadie lo reclamó y fue enterrado en la tumba 7621 con un montículo de tierra y sin nombre.
Un guardia civil que se interesó por el caso, dejó una grabadora al lado de la tumba y registró algo, fue enviado lejos, al sur. La GC no está para historias de ultratumba. Todo un misterio.
Hay más gente muerta que no está identificada, hablo de España. Hasta donde se, son unos seis cadáveres, la mayoría aparecidos en el Norte.Hay uno concretamente que apareció en una playa de Cantabria y que no ha habido forma de saber quien es. En éste caso es una mujer.
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